Pilar
Ambiental
El cuidado y la protección del medio ambiente es tarea de todos. Es por esto que en el sector minero estamos comprometidos con un menor consumo de agua continental, incorporando agua de mar.
Nuestros avances también tienen por objetivo continuar disminuyendo las emisiones de nuestros procesos productivos, y avanzar en el uso de energías renovables. Asimismo, estamos comprometidos con cuidar y proteger los ecosistemas y las especies que rodean nuestras operaciones y proyectos.
Nuestro compromiso al 2025:
Para no afectar el consumo humano, el 90% del agua usada en la minería vendrá del mar o será reutilizada
A diferencia de lo que muchos creen, la minería utiliza sólo un 4% del agua continental del país.
Para disminuir aún más su consumo, el sector ha buscado nuevas fuentes, como el uso de agua de mar. Hoy un 33% del consumo de agua de la industria minera proviene de agua de mar, desalada o no.
Así como el sector minero ha incorporado nuevas tecnologías que le permiten hoy operar con menos agua, también ha ido incorporando la recirculación del agua en los procesos mineros, reutilizando un 74% de éstas e incorporando aguas no aptas para el consumo humano como las residuales.
Es por lo anterior que nuestro compromiso es que, para no afectar el consumo humano, el 90% del agua usada en la minería vendrá del mar o será reutilizada para el año 2025.
En regiones mineras, como Antofagasta, el uso de agua continental por parte de la industria es mayor que en el resto del país. Sin embargo, el sector minero está impulsando el desarrollo de plantas desaladoras, y Antofagasta será la región que concentrará la mayor cantidad de ellas: actualmente cuenta con ocho plantas en operación y se proyectan dos más de aquí al 2027.
Esto permitirá que a esa fecha, menos de 1/3 del agua usada por la minería en esa región provenga de fuentes continentales.
Nuestro compromiso al 2030:
El 90% del suministro eléctrico de la minería vendrá de fuentes renovables
El cambio climático es un desafío global. El sector minero puede aportar proveyendo los minerales que harán posible el desarrollo de energías provenientes de fuentes renovables, así como la expansión necesaria de las redes de transmisión, el almacenamiento en baterías y la electromovilidad.
Todas estas nuevas tecnologías requieren de cobre, litio y otros minerales de los cuales Chile es el principal productor.
El sector no sólo aporta con la producción de éstos, sino que también disminuyendo las emisiones de sus propios procesos productivos.
Un 68% de la energía eléctrica que utiliza la minería corresponde a energía de fuentes renovables y ese porcentaje seguirá aumentando de acuerdo a las metas que han fijado y anunciado públicamente las empresas de la gran minería.
Algunas empresas ya han alcanzado un suministro compuesto en un 100% de energías verdes.
Junto con lo anterior, las empresas están enfrentando el gran desafío tecnológico de reducir el consumo de combustibles en los camiones de extracción minera y sustituirlo por electricidad o hidrógeno verde.
El impulso de iniciativas de I+D+i nacionales e internacionales, con universidades, centros de investigación aplicada y con los propios fabricantes de camiones es lo que permitirá que en algún momento cercano a la próxima década se disponga de unidades comerciales de bajas o nulas emisiones. Mientras se aborda este desafío, las empresas están incorporando flotas de buses eléctricos para el traslado de las personas, están implementando pilotos de otros vehículos de bajas emisiones, todo lo anterior con el objetivo de disminuir las emisiones por diésel.
Otras líneas de trabajo que tiene el sector minero para aportar al combate del cambio climático son la eficiencia energética, a partir de la implementación de sistemas de gestión de la energía, y la sustitución de combustibles en procesos mineros como el calentamiento de soluciones y las fundiciones, por fuentes de menores emisiones.
Estamos comprometidos con
Seguir trabajando para cuidar los ecosistemas y las especies que los habitan
Para Compromiso Minero, el Chile del futuro sigue siendo líder mundial en minería, una actividad en crecimiento que, a través del encadenamiento productivo, impulsa el desarrollo de otros sectores productivos, siendo compatible con el cuidado del medio ambiente y un factor clave de avance social del país.
En ese sentido, la minería seguirá trabajando para cuidar los ecosistemas y especialmente a las especies que habitan el entorno donde se emplaza la minería.
Hoy en día, existe una legislación ambiental robusta que ha contribuido a resguardar el ecosistema.
Antes de entrar en funcionamiento, un proyecto minero grande necesita más de 1.000 permisos, ante más de 30 entidades públicas, procesos que pueden tomar más de 10 años. Además, todos los proyectos mineros son sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, procedimiento que define cuándo y cómo los impactos de la actividad deben ser mitigados, reparados o compensados. O cuándo una actividad no debe ser implementada, porque sus impactos no son aceptables.
El ecosistema minero está comprometido y trabaja permanentemente para mitigar, reparar y compensar el impacto ambiental de sus operaciones en todas las fases del ciclo minero, desde la etapa de exploración hasta la de cierre.
Estamos comprometidos con
Un manejo de relaves de de los más altos estándares
La seguridad de los depósitos de relaves es un desafío crucial para la minería. Por lo mismo, el sector ha incorporado los más altos estándares para velar porque los relaves sean depositados de manera segura y ambientalmente responsable.
En 2017 se puso en funcionamiento el Programa Tranque, liderado por Fundación Chile, considerado dentro del Plan Nacional de Relaves, y que tiene como fin hacer la operación de depósitos cada vez más segura y confiable, por medio del desarrollo o mejora de herramientas de monitoreo y el análisis del desempeño de los relaves en todas sus etapas: construcción, funcionamiento y cierre.
En el 2020 se estableció un nuevo estándar de manejo de relaves, que cubre todo el ciclo de vida de estas instalaciones.
El Global Tailings Review (GTR), iniciativa desarrollada por el International Council on Mining and Metals (ICMM), del cual forma parte el Consejo Minero, en conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y Principios para la Inversión Responsable (PRI), estableció el primer estándar global sobre manejo de relaves con el fin de evitar daños a las personas y al medio ambiente.
Este nuevo estándar cubre todo el ciclo de vida de las instalaciones de relaves, desde la selección, el diseño y la construcción de los sitios, pasando por la gestión y el monitoreo, hasta su cierre y post-cierre.
Nuestro desafío: Nuevas tecnologías para minimizar la generación de residuos. El sector minero ha estado buscando activamente nuevas soluciones tecnológicas para reutilizar los relaves existentes y posibilitar una minería que prácticamente no genere residuos.
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